Kit 12 Defectos del Vino
Kit 12 Defectos del Vino
Con este Kit 12 Defectos del Vino, podrá conocer entre otras cosas, y además le permitirá saber si tiene razones para devolver una botella en mal estado y le evitará que en algunos casos haga el ridículo.
Vamos a ello.
LOS DEFECTOS DEL VINO MÁS COMUNES
Brett. Olor animal intenso
Es un defecto producido por una bacteria, la Brettanomyces, que se encuentra en algunas bodegas y que si no se mantiene la limpieza y el cuidado suficientes puede pasar al mosto y de ahí al vino.
El olor es bastante fuerte, como de carne podrida, un escape de gas o habichuelas pasadas. También puede aparecer como pelo de animal mojado. Una delicia, vaya.
Daño por calor excesivo
Este defecto suele estar asociado a un mal almacenamiento de la botella.
Es necesario recordar que se debe conservar el vino en un sitio con poca luz, humedad controlada, sin vibraciones, donde no haya variaciones bruscas de temperatura y no se superen los 20º. Lo mejor es una buena vinoteca. Una alternativa es un trastero en el sótano.
El olor asociado es como de salsa de carne. Frecuentemente se habrá dañado el corcho por lo que habrá también aromas oxidativos, como de col cocida o nuez pasada. Sólo sirve como toda mala experiencia, para aprender. Botella a la basura.
Oxidación
Se produce cuando el cierre se daña por cualquier circunstancia, normalmente calor o falta de humedad. Se ve con facilidad al examinar el corcho, ya que la mancha de vino llega a todo lo largo.
También pasa si se deja la botella abierta un par de días, sin utilizar una bomba de vacío.
Los aromas en un vino blanco son como de sidra o ajerezados y en un tinto tienen un toque vacío y como de caramelo o frutos secos.
De nuevo una mala experiencia que sólo sirve para aprender. No usar ni para cocinar.
Reducción
Suele darse como un defecto de elaboración. El vino no ha tenido suficiente oxígeno, principalmente tratando de evitar oxidaciones.
El olor es sulfuroso, como de huevos podridos o goma quemada. Los niveles pueden ser diferentes dependiendo del nivel de reducción.
Hay ocasiones en que puede eliminarse por medio de la decantación o la aireación del vino.
Acidez Volátil
El ácido acético se forma naturalmente en el proceso de vinificación. El problema surge cuando la población de bacterias acéticas es más alta de lo normal y el acético sube por encima del umbral de percepción.
La acidez volátil se asocia frecuentemente con la elaboración natural. En mi opinión es una relación infundada e injusta. Lo que ocurre es que los elaboradores naturales deben ser mucho más finos en los procesos, ya que cualquier entrada de uva en mal estado o la insuficiente limpieza en la bodega, tienen como consecuencia defectos que no se camuflan después con el sulfuroso.
El olor asociado es de vinagre o de acetona.
Es necesario informarse antes de comprar si el estilo del elaborador conlleva volátil alta, de lo contrario si te aparece en una botella y la llevas a la tienda, te puedes llevar una sorpresa.
Segunda fermentación
Se produce en algunos vinos en los que queda algo de azúcar residual y la fermentación continúa en la botella. Ocurre con cierta frecuencia en elaboraciones poco intervencionistas, en las que se usa poco o ningún sulfuroso. También cuando las fermentaciones son muy largas.
Se detecta con facilidad por el ruido del gas que sale al abrir la botella. Conviene asegurarse de que el estilo de la bodega no incluye este efecto. Se puede corregir con una decantación salvaje.
Olores sulfurosos
El tema del sulfuroso en el vino es como hablar de un tema muy peliagudo. Todo el mundo tiene una opinión sobre él y la expresa con seguridad y energía.
La verdad es que no está comprobado que el sulfuroso en los niveles normales de uso en el vino sean perjudiciales para la salud.
Los excesos de sulfuroso, sí que pueden manifestarse en el olor del vino. A menudo con olor de huevos podridos o goma quemada.
Puede que se vaya con la decantación, pero si el olor es muy fuerte, deberías considerar la opción de devolver la botella.
TCA. Corcho defectuoso.
Si el tema del sulfuroso es polémico, ni mentar el del corcho.
El TCA se produce por la contaminación del corcho con un hongo y es inevitable e indetectable a priori. Aproximadamente un 0.5% de las botellas que abras en tu vida van a tener TCA. O sea, que si abres unas 100 botellas en un año,cinco a la basura o a la tienda, si es de confianza.
El olor del TCA es decir de presencia de clorofenoles, es como de cartón mojado o de bodega húmeda. En la boca se nota por la falta de consistencia del vino.
La posibilidad de que haya TCA u otro defecto es el motivo por el que en los restaurantes ofrecen a probar el vino. En países donde el cierre de rosca se ha impuesto, como Australia, esta práctica no se usa.
Para aprender a reconocer el olor, basta con coger un cartón y meterlo en un bote con agua. Tápalo y déjalo un par de días. Ábrelo, fuera de tu casa y voila, TCA.
¿CUÁNDO NO SON DEFECTOS?
Hay circunstancias que nos pueden parecer defectos y que, sin embargo, no afectan para nada a las cualidades del vino, por lo que realmente no lo son.
Cristales y sedimentos
La tendencia actual de intervenir lo mínimo en la elaboración del vino, lleva a muchos elaboradores a no filtrar, decantando solamente en frío. Esto puede llevar a que aparezcan sedimentos, que de ninguna manera significan que el vino esté defectuoso.
En ocasiones el ácido tartárico, uno de los componentes del vino presente de forma natural, se combina con el potasio, dando lugar a cristales de tartrato potásico. No afecta al aroma ni al sabor del vino, ni es perjudicial.
En vinos viejos los cristales tartáricos son muy comunes, por lo que se suelen someter a una decantación suave para eliminarlos.
Acidez volátil
Hay elaboradores que para darle un poco de frescura al vino buscan algo de volátil. Los límites a veces son un poco difusos. En cualquier caso, entra dentro del gusto de cada uno la cantidad de acético que admite.
Olores animales
Hay denominaciones, como Chateauneuf du Pape o Barolo, en las que las elaboraciones más clásicas tienen un cierto tufillo animal, que a veces raya el Brett.
Estamos de nuevo en un caso parecido al anterior, entra dentro del gusto personal la consideración de defecto en este tipo de olores.
Esperamos haberte aumentado el deseo de conocer y aumentar tu cultura del vino.
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